jueves, 4 de junio de 2009

Entrevista a Francella

Hay que verlo a Francella, esa sonrisa de cejas mandadas hacia arriba y los ojos puro celeste-saltón. Está sentadito en el sillón de un restaurante de la zona Norte con zapatos tipo bowling y una camisa de esas que te recomienda tu mujer para que siempre te veas canchero y a la moda. La entrevista era a las cuatro de la tarde, pero llegó casi media hora antes... ¡Y pide disculpas! ¿Disculpas por llegar temprano? Sí. Para empezar, un antidivo; para seguir, un tipo súper respetuoso, con ese respeto que a veces puede confundirse con timidez o inseguridad.

Este es el capocómico que en 2005 está al frente de tres exitazos ("Casados con hijos", sitcom de Telefé con 18 puntos de rating; la obra de teatro "Los productores", que ya llevó 150 mil personas, y el filme "Papá se volvió loco", la segunda película más vista del año, sólo por debajo de "Madagascar"). Un hombre que al cabo de dos horas será una celebridad agradecida por el cariño de la gente y un ser humano permeable y herido de diván ante la mirada negativa de los otros. El comediante que prefieren los argentinos, según datos recientes de la encuesta nacional que hizo Sal!, no tarda en mostrar los hilos del periodista que pudo ser -trabajó fugazmente en un semanario- y sorprende queriendo saber cuál será el título de esta nota y qué foto se elegirá para la tapa.

- Soy de guardar las notas. Eso de verme en fotos con la familia, el perro, la casa, el piano... ¡Madre mía! Esa enorme frivolidad que permití y padecí.

- Pero siempre manejaste bien tu vida privada. Nunca un escándalo...
- Jamás. Cero. La vida privada la manejé como quise. Yo tengo una familia que es la que deseé y tiene los códigos que me gustan: amor, humor, comida, domingos... Incluso ahora estoy más contento porque mi mujer está mucho mejor de ánimo.

- ¿Qué le pasaba?
- Estaba muy caída María Inés. Su vida eran los chicos, ir a gimnasia, la casa... No la veía bien, pero se enchufó inventando una marca de ropa para adolescentes y ahora está a full todo el día. Le va bárbaro y, ojo, uno debe acostumbrarse a eso...

- ¿Ya no sos el centro del universo?
- ¡¿Yo?! ¡Por suerte! ¿Sabés lo que es que vayan y le digan: "Vi a Guillermo en tal lado", "escuché a Guillermo en tal otro"... Insoportable. Tampoco somos de hablar todo el tiempo de lo mío. Pero ahora llamo y ¡epa!: ella está en una reunión. Lindo, pero estamos aprendiendo a vivir con eso.

- ¿Y tus hijos van a seguir los pasos de papá?
- (Entrecierra los ojos, suspira: cara de Francella tolerante.) Johana (12) más que Nicolás (15). Ella ya está haciendo algún desfile, pero con la ropa de la madre...

- ¿Y si la nena te sale modelo?
- No, no... a mí no me gustaría que se metieran en el espectáculo. Yo les explico que lo mío es una irrealidad. Además, ya no estaría distendido con ellos metidos en esto...

- ¿Preferirías que sean abogados?
- (Ríe) Que sean lo que quieran. Lo único que deseo es que sean muy felices.

- ¿Das con el tópico del actor cómico que, fuera de cámara, es melancólico o introspectivo?
- Y... con el paso del tiempo perdí la frescura que tenía a los 25 años. No soy el mismo de antes. Hoy tal vez esté más apagado, más fóbico. Me cuesta ir a lugares llenos. De pronto entrás en un restaurante y escuchás: "Se saluda, ¿No?". Es algo muy fuerte lo que genero. Y lo agradezco enormemente, pero eso mismo hizo que me volviera un poco más para adentro, ¿Sse entiende? No llego al punto de aislarme, aunque disfruto mucho de estar en casa.

- ¿La fama no es lo que uno piensa?
- El éxito produce ciertas incomodidades. Si hasta en un velorio te convertís en el protagonista...

Este año, Francella volvió a la ubicuidad que lo había desbordado una década atrás, cuando dijo "Basta" y empezó a ir por partes: o cine, o teatro o tevé. Acaba de cumplir 50 años y 25 de actor, pero además de la efeméride, su personaje, ese que viene tallando desde aquel primer protagónico en "De carne somos", empezó a sufrir algunas variaciones. Es lo que él llama "tomar riesgos". Su trabajo en "Casados con hijos" le demanda precisión de meteorólogo. El heredero del morcilleo olmedeano metido en el corsé de la sitcom, aprendiendo las líneas del guión con puntos y comas. Después, en la calle Corrientes -y próximamente en Mar del Plata-, haciendo un imperdible mano a mano con Enrique Pinti en "Los productores", el musical de Mel Brooks. "Yo quería que no fuera un papelón y me tomé el desafío con mucha mucha responsabilidad. Creo que el público se sorprende".

En el escenario, Francella canta, baila y, como al pasar, tira guiños para entendidos. En los estudios de Telefé las escenas salen con fritas. Y fuera de foco, en el restaurante de la entrevista o en el set, el actor da muestras de una coquetería de galán: no perdona un espejo y ahí donde puede reflejar su cara se pasa la mano por el pelo. Un ademán maquinal que nadie desconce, al punto que las grabaciones de la tira incluyen un asistente con espejito y cepillo siempre a mano.

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